Los piercings en la boca, al igual que los piercings en otras partes del cuerpo y los tatuajes, llevan muchos años formando parte de nuestra cultura. En los países occidentales, los piercings orales son de las perforaciones corporales más populares desde hace años, e incluso su uso ha aumentado entre los más jóvenes.
Lo cierto es que cualquier tipo de piercing, en cualquier parte del cuerpo, supone cierto riesgo, ya sea por el dolor que ocasiona, la posibilidad de que el cuerpo lo rechace, el alto riesgo de infecciones y sangrado, etc.
La mayoría de las personas que se deciden por un piercing oral, no valoran los riesgos ni consultan con su dentista antes de realizarlo, algo realmente peligroso, ya que no todo el mundo tiene una condición bucal ideal para poder llevar piercing en su boca.
Como su propio nombre indica, los piercings orales son perforaciones que se realizan en las estructuras orales, ya sean la lengua, los labios, las mejillas, los frenillos e incluso los propios dientes y hasta la úvula o campanilla. Dependiendo de la colocación del piercing, éste tendrá unas consecuencias u otras, aumentando los riesgos si la joya decorativa se encuentra en contacto con zonas sensibles.
Tipos de piercings en la boca
Los piercings pueden colocarse en diversas zonas de la cavidad oral, pero las partes más frecuentemente perforadas son: